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miércoles, 5 de julio de 2017

Segunda entrevista colectiva: "Arturo ACCIO de la A a la Z" (C2-Sábado) 2a Parte

Blog Correveidile: Buscando informaciones sobre tu trayectoria como escritor, he encontrado en el sitio Poetas Siglo XXI que estás considerado “un activista literario”. Me gustaría que nos explicaras qué significa ser “un activista literario” para ti y si te identificas con tal definición. ¿La Literatura y la poesía serían algo así como derechos que piden una lucha constante?

Arturo Accio: ¡Ok! Vamos a comenzar por la primera pregunta. Ser “un activista literario” precisamente es salir del punto de confort, de la zona segura, y arriesgarte. Ir a presentaciones, leer en público, ir a las universidades, que parecería lo obvio y lo natural de un escritor, pero yo veo que lo común es que tú quieras imprimir tu libro y ser reconocido por el mero hecho de hacerlo, de imprimirlo, cuando lo importante es sacar el libro de las librerías y ponerlo a caminar; buscar a más gente como uno, porque te das cuenta de que no estás solo, que hay que buscar gente que comparta las ideas que tienes, proactivas. Entonces, dejas de ser este elemento pasivo a convertirte en un elemento activo, de movimiento, a eso me refiero con “activista literario”. Si fuera un activista de otro tipo, tendría una bomba molotov (risas). La segunda pregunta, no me quedó muy clara, ¿me la repites, por favor?

B. C.: ¿La literatura y la poesía serían algo así como derechos que piden lucha constante?

A. A.: ¡Claro! No hay nada más peligroso que un libro, ¿sí? Y es un derecho que, el que tú busques dar tu aquí y ahora, porque un libro refleja el aquí y ahora, entonces sí tiene que ser un derecho la Literatura y hacer la poesía o la narrativa para cualquier persona.

B. C.: En la Antigüedad Clásica había un predominio de monstruos con características humanas, como el Minotauro o Medusa. Esta tendencia se mantuvo hasta finales del siglo XVIII con Jekyll y Hyde, Frankenstein, hombres lobo y vampiros. ¿Sabes cuándo y cómo empezó la actual corriente terrorífica?

A. A.: Bueno, respecto a los clásicos, la Literatura de los griegos es muy interesante. Aunque a mí me gusta más la Literatura gótica, con los monstruos que yo entiendo. Para mí, “clásicos”, como acabas de mencionar, es la figura de lo que es Frankenstein cuando lees por qué se crea Frankenstein, qué significa para Mary Shelley cuando entiendes qué es tener a un hijo enfermo. Entonces, ¡guau!, entiendes de dónde sale la obra.
Cuanto lees Drácula, igual, son figuras terroríficas, pero en ambos casos muy elegantes; tanto la del vampiro como la de Frankenstein. Yo me he guiado un poco más actual, incluso, con los monstruos de terror. Que es mí figura arquetípica preferida, que es el zombi. Por lo que significa el zombi, el zombi es una hombre maquinal, “desespiritualizado”. Cuando entendí de qué trataba la película de George A. Romero, El amanecer de los muertos vivientes, “El drama que era no la figura del muerto, no el muerto como tal sino el simbolismo que tiene. Es cuando te enamoras de esas películas de terror, cuando ves que el terror es una crítica hacia la sociedad, al igual que está haciendo la ciencia ficción.
Entonces, en esa lectura del terror clásico, pues te vas enamorando de algunos personajes. Para mí, mi personaje de terror clásico, sería el zombi, por lo que acabo de mencionar, porque significa que la figura del zombi aunque está muerta va al supermercado porque quiere seguir gastando en el “mall” (Centro comercial), no importa que no estés vivo, quieres seguir gastando. Entonces, esta figura a mí me encanta porque refleja la sociedad de consumo y, también refleja la masificación y el miedo que se le tiene a lo que es diferente y al extranjero. No le voy a morder, no me voy a convertir en parte de él. Y esa figura, cuando la entendí, -porque me leí una tesis de lo que era el zombi- me encantó.


B. C.: Arturo, sabemos que hay grandes escritores del pasado que tenían un estilo de escribir parecido al tuyo, y por esto, fueron víctimas de prejuicio por parte de la crítica literaria de la época. ¿Tú ya has pasado por problemas semejantes en tu carrera, por la manera que tienes de escribir o el tema sobre el que escribes? 

A. A.: Sí, con un libro en particular, de nombre Poesías muertas, que fue mi tercer libro, sí lo vetaron, se hizo muy curioso. Yo pensé que eso en estos tiempos nuevos no me iba a pasar, y el efecto fue el contrario, porque en el momento en el que lo vetan, tuve un problema con el editorial que lo tenía, así que lo imprimo yo de manera independiente y más gente me buscaba, entonces, si quieres dañar alguien, algo que pasa desapercibido no lo vetes, porque lo que hicieron fue un gran favor con ese libro. También he sido corrido, hace un año justamente, dentro de un Centro universitario; el director se me acercó y me pidió que me retirara y, obviamente, fue el efecto contrario nuevamente. Me retiro de manera tranquila del centro universitario y los muchachos me estaban esperando afuera. Y volvió el director a buscarme a la calle a buscarme pelea, a buscarme bronca, y yo le dije: “No estoy con ninguna compañera pasándome de listo, no estoy vendiendo droga, no estoy agresivo, yo estoy en la calle, no entiendo si es contra mi persona, este es mi trabajo literario que es tratar de hablar de lo que yo llevo dentro, sin tratar de lastimar a nadie”.
Siento decir: “he sufrido un poquito de eso”. De ahí en más, el trabajo duro porque recibí mucha crítica de mis colegas al principio, pues sí me veían como “un bicho muy extraño” y lo único que te abre las puertas en esto de la Literatura es ser muy “necio”, como dice esa canción de Silvio Rodríguez (se refiere al cantante cubano), “hay que ser muy necio” y que saber que, si tú tienes tu idea, tu sueño y es válido, me refiero a que realmente quieras compartirlo, se te van a cerrar unas dos o tres puertas, pero se te van a abrir muchas más si sigues trabajando; eso de que el trabajo te abre puertas, también es cierto, hay que estar trabajando y ser muy “necio”, es como cuando a uno le gusta mucho una mujer, no hay que quitar el dedo del renglón, hay que ir detrás de la dama y esa dama se llama “Literatura”. 

B. C.: Arturo, el miedo es la emoción más primitiva que sentimos. Hoy en día hay una proliferación de películas, libros, parques de atracciones, todos ellos especializados en temas terroríficos. ¿Crees que a las personas les encanta sentir miedo? ¿Por qué?

A. A.: Les encanta sentir y, además de sentir, el miedo provoca en las personas y en los seres dos cosas: La primera de ellas es que pueden verlo, la segunda que te puede mover. Entonces, es una decisión que tú vas a tomar. Puedes ver una película de terror y dentro de ti estarte riendo. Puedes también ver una película cómica y que te toque alguna fibra y te haga sentir triste. En el Arte cualquier cosa, menos pasar desapercibido. Y en ese no pasar desapercibido, pues lo importante es sentir. El libro, o mis textos, yo sé que transmiten cosas de un pasado, de gente que me ha roto el libro en la cara, gente que me ha echado agua bendita, me han escupido también. Entonces es porque generas algo. Y ese algo, a veces, es confuso. Lo importante es que hagas sentir, cualquier emoción, la que tú quieras.

Todavía falta la tercera entrega.
¡No te la pierdas mañana!


¿Te perdiste la primera parte?
Pincha aquí y podrás leerla...

Pepe Cocodrilo, Duquesa,
Sissi, Zorro & Lipe de Vega

1 comentario:

  1. Gracias, Arturo, por la gran entrevista!! Fue una mañana de sábado, para nosotros, inolvidable!!

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