Definición de Correveidile:

1. Persona que trae y lleva cuentos y chismes // 2. Blog de los amantes de la lengua de Cervantes


martes, 21 de junio de 2016

Historias increíbles...


Una cena accidentada...

El último sábado, mi amigo Juan y yo fuimos a cenar a un restaurante muy conocido y que está de moda en Madrid. Frecuentado por artistas y gente de la alta sociedad, el restaurante es famoso por sus buenos mariscos. Así que, tan pronto como nos sentamos, de buenas a primeras, ya pedimos una ración de calamares a la madrileña. El lugar estaba a rebosar, así que pasó más de una hora sin que la comida llegara.


Nerviosos, después de esperar por casi dos horas, no comimos y no quisimos pagar la cuenta ya que el plato, además de llegar frío, estaba a precio de oro. Tras una gran discusión con el camarero, el chef y el gerente, fuimos expulsados a patadas del lugar y tirados a la calle. Doloridos y con hambre, tuvimos que volver a casa a trompicones.

Beto, Mariana y Érika


Un cuento gatuno...

A cuatro patas, entró en casa. Pensaba que nadie iba a escucharle. Sin embargo, a las tantas, dio con la cabeza en el gran conjunto de lámparas colgado en el techo. A codazos, empezó a luchar contra el enemigo que había denunciado su presencia en el interior de la sala. Fueron tantos los golpes, los saltos a empujones que, a corto plazo, la lustrosa araña se desprendió y cayó en el suelo. El ruido fue estruendoso - tan solo no fue más fuerte que los gritos de la dueña del objeto decorativo al verlo esparramado en pedacitos por todo el piso: ¡Mi querida lámpara comprada a precio de oro!”, lloraba la mujer. A hurtadillas, el gatuno dejó la casa lo más rápido que pudo. “Miauuuuu”, suspiró. "A plazos, le compro otro", finalizó el felino protagonista de este cuento gatuno.

Tiara


El último tango

Érase una vez un tanguero porteño que solo se comunicaba al ritmo del tango “La cumparsita”. Su apodo era Tanguito, dada su baja estatura, pero gracias a su carisma se convirtió en un ciudadano muy conocido y querido en las calles de Buenos Aires.

Un bello día fue a un restaurante ubicado en la Recoleta para comer su plato preferido, calamares a la romana, y para beber un buen vino porteño. Pasó todo el tiempo comiendo, bebiendo y cantando tango. Después de algunas horas, además de satisfecho con la comida, estaba muy borracho y prácticamente caminaba a cuatro patas. 

Salió del restaurante y, mientras caminaba por la acera silbando un tango, un peatón lo tiró a empujones a la calle. En este momento, un taxi negro y amarillo se acercaba y así fue como sucedió una gran tragedia: Tanguito fue atropellado por el coche que apareció a la primera de cambio.

La sangre salía de Tanguito a chorros, estaba a punto de morir. Toda la gente se le acercó y uno de los transeúntes le sujetó la cabeza y le dijo: “¿Qué te pasó? ¿Cuáles son tus últimas palabras?” Tanguito lo miró, sabía que iba a perder su vida y, principalmente, que iba a perder su tango, algo que estaba a precio de oro en los días actuales. Tanguito, entonces, en su último suspiro respondió: “Chan, chan…” (a ritmo de tango, naturalmente). 

Paschoal & Alessandro,
dos tangueros cervantinos


3 comentarios:

  1. Trabajar bajo parámetros impuestos, no es nada fácil. Así que enhorabuena por estas historias tan divertidas. Un beso

    ResponderEliminar
  2. Fue una tarea muy divertida! Y aprender a usar bien las expressiones es un reto muy agradable! Enhorabuena a todos!

    ResponderEliminar
  3. Enhorabuena Chicos y Chicas, he disfrutado de estas bellas historias llenas de expresiones e imaginación. Gracias

    ResponderEliminar