Definición de Correveidile:

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domingo, 28 de febrero de 2016

Los movimientos migratorios: Migraciones, ayer y hoy

Península Ibérica – Siglos XI al XIII

Tratar de este tema implica hablar de las fronteras territoriales entre cristianos y moros, donde había una lucha armada por la conquista de tierras en la Península Ibérica, que mucho después se llamarían España y Portugal.

Para allá migraron cristianos, moros y judíos. Los moros vinieron del norte de África; los cristianos y judíos de Europa. El estrecho de Gibraltar también fue un territorio geográfico importantísimo (como así lo demuestran los hechos hasta hoy en día).

Paradójicamente, las civilizaciones cristianas, moras y judías conocieron también vivencias pacíficas y fructuosas. Esto se debe a la convivencia existente entre las fronteras de los Reinos de la Península Ibérica (que llamaremos España) y, también, entre España y el norte de África. Hubo un desarrollo de la España musulmana, de los fines del siglo X a XI, y de la España cristiana, de los siglos XI a XIII.

De la cercanía entre cristianos, moros y judíos resultaron casamientos mezclados de estas tres poblaciones. Lo que derivó también en una mayor tolerancia religiosa entre estos tres grupos.

En el reinado de Alfonso X, el Sabio, había un manuscrito con un dibujo del juego del ajedrez donde participaban un moro y un cristiano. Esto también se veía en sellos conmemorativos, representando jugadores de ajedrez de razas o pueblos distintos. Son sellos de Paraguay, Hungría, Yemen Lao y Emiratos Árabes Unidos.

En España fue introducido por los moros el cultivo de algodón, la caña de azúcar, la mora y el arroz. También había aparatos para la labranza e ideas prácticas para la irrigación del campo; la cria de caballos árabes y, en menor número, de cabras y ovejas. En el siglo XIII se desarrolló la industria textil y surgieron profesiones como panaderos, zapateros y sastres. En cuanto al comercio: mejoraron los medios de transporte, surgieron ferias, había comerciantes de lana, de cereales, de vinos, de aceite, de hierro y de sal. Asimismo, Barcelona introdujo una modalidad de Letras de cambio.

En cuanto a la cultura: en la España medieval existía la famosa Biblioteca de Córdoba y la Escuela de Traductores de Toledo. La Poesía, la Filosofía, las Matemáticas y la Medicina venían ya desde los moros y se sumaban ahora a los cristianos y a los judíos. La Lengua y la Literatura castellana surgieron con mucha fuerza, se forjaban entonces como idioma, y así sucedió también con el gallego, el catalán y el vasco (euskera/euskara).

En lo tocante a la Arquitectura: Iglesias, mezquitas, y sinagogas llegaron a tener una buena convivencia y armonía, poéticamente hablando; fueron -y lo son, las que se conservan hasta hoy,- construcciones bellísimas.

Por lo tanto, se puede afirmar que fue esta convivencia entre cristianos, moros y judíos la que resultó al final de los tiempos en la rica identidad sociocultural de lo que hoy se llama España.

España, en pleno Siglo XXI

Dentro de la Unión Europea, España sigue siendo un país relativamente tolerante con la inmigración, por lo menos, hasta hoy. Aunque existan críticas de las organizaciones humanitarias y de algunos partidos políticos contra la actuación del gobierno español respecto al tema – como en el control fronterizo en Ceuta y Melilla, no se observa la existencia de un movimiento político antiinmigración como ocurre en Francia o Hungría. Tal vez esta posición de España sea el resultado de múltiples factores, como la memoria reciente de una dictadura de extrema derecha, durante la cual el país vivió además un importante movimiento de emigración. Más aún, no se puede olvidar que la fuerte expansión del mercado inmobiliario español en el inicio del siglo contó, en gran medida, con la mano de obra inmigrante.

Sin embargo, ¿esta supuesta predisposición española a aceptar bien el fenómeno migratorio se concretiza en una integración efectiva de los inmigrantes al país que les acogió? A mediados de 2015, la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) publicó un amplio informe que presenta diversos indicadores relacionados a la integración de los inmigrantes en los países miembros de la OCDE y de la Unión Europea. El resultado fue que España – así como el resto de la OCDE y de la U.E. en general – todavía tiene mucho que progresar en este sentido.

En España, un ejemplo es el hecho de que la crisis económica de 2008 afectó al mercado de trabajo de forma distinta para nativos que para inmigrantes. Según este estudio, en 2012-2013, aunque los españoles sufrieron con niveles de desempleo tan elevados como un 23%, estas tasas fueron cerca de un 10% mayores para los inmigrantes, tanto cuando la comparación se da entre nativos e inmigrantes con menor grado de instrucción, como en la comparación entre personas con mayor formación académica.

Tasas de desempleo según el lugar de nacimiento, género y grado de instrucción (2012-2013)

Otros indicadores del grado de integración utilizan una perspectiva más subjetiva, obtenida por medio de encuestas dirigidas a inmigrantes y nativos.

En 2012, más del 80% de la población española tenía la percepción general de que su ciudad o región de residencia era un buen lugar para los inmigrantes, lo que está bastante por encima del promedio observado en la U.E.

Porcentaje de la población que considera su ciudad
o región de residencia un buen lugar para los inmigrantes (2012)

No obstante, uno de cada seis inmigrantes se consideraba parte de un grupo que sufría o había sufrido discriminación respecto a su etnia, nacionalidad o raza, lo que es incluso mayor que el promedio observado en la Unión Europea.

Inmigrantes – Percepción de discriminación (2002-2012)

Una consideración importante acerca de las informaciones aquí presentadas es que ellas están muy relacionadas con el proceso migratorio que ocurrió en la década de 2000 y en los primeros años de la década actual, es decir, son anteriores al agravamiento de la crisis migratoria actual, así que hoy es probable que la percepción sobre este hecho, tanto de nativos como de inmigrantes, haya cambiado.

El informe producido por la OCDE sobre la integración de los inmigrantes es muy amplio y trae innúmeros indicadores más relacionados con diversas áreas como el mercado laboral, la educación, la salud, la participación cívica o la cohesión social, y su análisis detallado puede convertirse en una poderosa herramienta para que gobiernos e instituciones puedan mejorar esta integración, lo que acabaría por ser positivo no solo para los inmigrantes, sino también para los países de acogida como un todo.

Sin embargo, al realizar una primera lectura de la situación actual, a partir de algunos de los indicadores presentados, se podría decir que, aunque España es un país cuya historia antigua y reciente está marcada por diversos movimientos migratorios, esto todavía no ha resultado en una mayor capacidad de integración de los inmigrantes en comparación al resto de la Unión Europea.

El paso de los siglos es lo que permite la obtención del distanciamiento necesario para que se puedan enumerar los puntos positivos de un proceso histórico tan complejo y turbulento como suelen ser los movimientos migratorios. No es lo que ocurre para los hechos recientes, en los cuales se evidencian a menudo la intolerancia, la desigualdad de oportunidades y la dificultad de adaptación al nuevo país.


Paschoal Pedote y Roberto Feola Lopes da Silva

1 comentario:

  1. Excelente trabajo, con una visión curiosa y amplia. Enhorabuena!!

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